En Yoga, al igual que en otras disciplinas espirituales, la concentración es el primer paso hacia la meditación. La meditación, a su vez, lleva, finalmente, a la experiencia de Dios.
Lo que la mayoría de las personas llaman meditación, no es más que ese paso previo o concentración. Se dirige y enfoca la mente sobre un objeto externo o interno para así alcanzar una conciencia de la realidad interior más allá de lo intelectual y lo material.
El mayor impedimento para la concentración es la inquietud y el movimiento de la mente. Esto sucede especialmente al comienzo de la práctica. Es lo que Patanjali llama la ‘mente de mono’, que continuamente va saltando de un pensamiento a otro, sin descanso.
El trabajo es traer a la mente, una y otra vez, al objeto de concentración. Si no se consigue, no habrá ningún progreso. El propósito de la concentración es aquietar las ondas mentales. Debiéramos estar atentos y no permitir que la mente disipe su energía sin ninguna utilidad en pensamientos vanos, preocupaciones, imaginaciones y temores.
Con la práctica, durante la concentración, las vibraciones mentales están recogidas y enfocadas, y se experimenta dicha interior.
Las técnicas de concentración varían según las escuelas.
En Kundalini Yoga utilizamos principalmente la concentración en el Ajna chakra o punto del entrecejo, en la punta de la nariz, en el corazón, en algún chakra o en un mantra.
www.karmayoga.es
No hay comentarios:
Publicar un comentario