EL TIBET: Las montañas sagradas del budismo





Durante siglos, el Tibet permaneció oculto por un velo de misterio. El carácter inaccesible de la región, protegida por altísimas montañas, limitaba por una parte los contactos con el exterior. En la actualidad, el Tibet constituye una región "autónoma", "TAR", (donde la población nativa tiene impedido el más mínimo derecho de expresión) de China. Hubo un tiempo en el que los extranjeros creían que este país era un paraíso escondido, un "Shangri-La" en el techo del mundo, donde la gente nunca envejecía. Muchos creían que los tibetanos vivían en armonía con sus dioses, haciendo girar rudas o molinos de oraciones, invocando a los demonios y practicando la magia.

La religión nacional es el lamaísmo o budismo tibetano y es importante entender su influencia sobre la sociedad y cultura de este pueblo profundamente religioso. A pesar de lo que decía la leyenda, el Tibet distaba mucho de ser un paraíso. En realidad era una teocracia (gobierno religioso) donde los monjes y la nobleza gobernaban a una población de campesinos y nómadas. 

Con anterioridad a la ocupación china, Tíbet era ecológicamente estable y la conservación de su medio ambiente era un componente esencial en la vida diaria de los tibetanos, ya que éstos vivían en armonía con la naturaleza, guiados por sus creencias budistas sobre la interdependencia de todos los elementos de la tierra, ya sean vivos o inertes. Este pensamiento se arraiga más todavía por la adhesión tradicional de los budistas tibetanos al principio, que les llevaba a considerar a la naturaleza como un medio para satisfacer las necesidades vitales y nunca para ser contemplada con ojos de avidez. 

En el siglo 18, el Tibet cayó en el poder de China, aunque pudo recuperar su independencia en 1911. En 1950 las tropas comunistas Chinas de Mao invadieron de nuevo el Tibet, con pretexto de liberar al pueblo tibetano. En 1959 se produjeron enfrentamientos armados y el Dalai Lama, líder espiritual y político de la nación, tuvo que huir del país, formando en la actualidad un gobierno en el exilio en la India. 

El gobierno chino designó entonces al Panchen Lama, la segunda autoridad del Tibet, para formar una comisión cuya tarea sería convertir el país en una región autónoma de China. En 1964, el Panchen Lama fue destituido y en 1965 el Tibet se convirtió definitivamente en la tan anhelada "región autónoma". Los tibetanos nunca se han doblegado al cruel ocupante y le han opuesto una obstinada resistencia, aunque el control férreo de China haya conseguido imponerse. 

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