Para hacer zazen necesitamos adoptar una posición estable en que podamos estar completamente quietos por un periodo de por lo menos 20 minutos. Las posiciones más recomendadas son la del loto completo (muy difícil para nosotros los occidentales loto, la posición Birmana y el seiza que es sentándonos sobre los talones como hacen los japoneses. También se puede hacer sentado en la orilla de un banco o de una silla. Lo más importante es sentarse con la espalda erecta, pero no rígida, de modo que podamos respirar con entera libertad. Hay personas que que por alguna condición particular pueden practicar acostados boca arriba con las manos en "sassho" (juntas) sobre el pecho. El riesgo de esta posición es que podemos caer en un letargo o incluso quedarnos dormidos, lo cual es lo contrario de lo que queremos hacer, que es estar completamente alertas a todo lo que ocurra.
Una vez estemos en la posición seleccionada respiramos normalmente y fijamos nuestra atención en la inhalación y la exhalación. Entonces observamos con mucho cuidado y pacientemente todo lo que ocurra en nuestro cuerpo y en nuestra mente. No debemos hacer esfuerzos para que ocurra algo en particular ni nada sobre lo cual hayamos leído o hayamos escuchado hablar a alguien. Se trata de contemplar lo que ocurre tal y cual ocurre. Si ocurre algo agradable lo observamos atentamente y si ocurre algo desagradable lo observamos con igual interés, sin intervenir para tratar de afectar, cambiar o alterar lo que esta ocurriendo.
Durante el proceso aflorarán infinidad de pensamientos, recuerdos, preocupaciones, imágenes y emociones. Debemos observarlos todos atentamente sin intervenir con ellos, como quien se sienta a la orilla de un rio a ver el agua pasar. No debemos sentirnos mal porque tengamos mucha actividad mental, eso es natural. Estamos practicando la contemplación para aumentar nuestra capacidad de atención, que es la única manera de lograr que disminuya la intensidad y velocidad de ese dialogo interno.
Es importante que fijemos nuestra atención en el proceso de la actividad mental que está ocurriendo a cada momento y no solo en el contenido de los pensamientos, que es lo que usualmente hacemos. Por ejemplo, si aparece la imagen de algo que ocurrió ayer en la oficina tenemos que contemplarlos sin involucrarnos y darnos cuenta de que están apareciendo las imágenes sin apegarnos al recuerdo de los hechos ocurridos. Si nos dejamos arrastrar por el contenido, se producirán mas pensamientos e imágenes del pasado o de lo que queremos que ocurra en el futuro e incluso sensaciones de ansiedad, etc.
Con la practica desarrollamos nuestras destrezas de atención y entonces podemos preguntarnos, ¿quién es el que está observando? ¿qué es? ¿dónde está? Si persistimos podremos ver y darnos cuenta de que ese "Yo", con el cual nos identificamos y que creemos ser, no tiene una existencia e individualidad propia e independiente, si no que es una actividad mental más, que funciona intermitentemente, que aparece y desaparece. Cuando el "Yo" desaparece surge unestado de paz y libertad sin dimensión y sin limitaciones, sin tiempo y sin espacio. Esa es la verdadera realidad, porque la otra, la que vemos a través del pensamiento, es una mera representación. Un momento mas tarde se rompe el silencio y aparece otra vez el torrente de la actividad mental junto con el "Yo" que se envuelve en ella, y regresamos a la dimensión ordinaria de nuestra vida diaria. Sin embargo, con la repetición de esta experiencia, de mirar el "Yo" de esta manera, nos vamos desapegando del "Yo" y sus limitaciones, y podemos vivir con tranquilidad, con plenitud de conciencia e independencia del pasado y del futuro.
Como se trata de una experiencia, cada uno de nosotros tiene que hacer el esfuerzo por vivirla. Hay que dedicar tiempo a la práctica y ser constantes y persistentes. No basta leer sobre el asunto o que alguien nos lo cuente. Oír y leer sobre esto entretiene, pero no resuelve nada.
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