PASOS
Extiéndase boca abajo en el suelo. Flexione las piernas y agarre con consistencia los
tobillos con las manos correspondientes.
Manteniendo los brazos completamente estirados, arquee el cuerpo tanto como le sea
posible, impulsando las piernas hacia atrás y permitiendo que todo el peso del cuerpo quede
sobre el abdomen. Las piernas pueden estar juntas o ligeramente separadas y la cabeza debe
echarse bien atrás. Tras mantener la postura el tiempo indicado, deshágala con lentitud
Tiempo
Veinte segundos, y se realiza tres veces.
Beneficios
. Al originar una poderosa presión intraabdominal, favorece el funcionamiento de todos los
órganos abdominales. Tonifica el plexo solar y revitaliza los músculos rectos y oblicuos
del abdomen.
. Previene la congestión del hígado, los trastornos pancreáticos, la dispepsia, la constipación
y la gastritis. Reactiva el funcionamiento peristáltico de los intestinos. Combate la
aerofagia y la pereza intestinal.
. Estira vigorosamente los músculos de la zona anterior del cuerpo, los fortalece y estimula
positivamente. Los músculos de las caras altas de los muslos se vigorizan, al igual que
toda la región pélvica.
. La columna vertebral recibe muchos beneficios con la ejecución de esta postura, que evita
el envejecimiento prematuro de la misma, actúa positivamente sobre sus ligamentos
y tonifica todos los músculos que se insertan en ella. Estimula todos los pares de nervios
espinales, ejerce masaje sobre la región lumbar y perfecciona el funcionamiento de las
glándulas suprarrenales y de los riñones.
. Combate la celulitis de los muslos y nalgas y la adiposidad del abdomen.
. Favorece el sistema simpático y los plexos sacro y laríngeo.
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