Esta respiración es rejuvenecedora; aumenta la sensación de bienestar y plenitud. Al abrir el pecho, el movimiento alivia la tensión de la espalda y mantiene la columna flexible. Es ideal para cuando te sientes cansado o sin energía. Es buen también para el calentamiento antes de una sesión de yoga.
Colócate con los pies separados a la altura de los hombros. Extiende los brazos frente a ti a la altura del pecho con las palmas juntas. Relaja los hombros, no los tenses.
Abre la boca, inhala por ella, abre con energía los brazos por completo. Dobla las muñecas de modo que las yemas de los dedos estén alejadas de ti. Levanta un poco la barbilla. Mira hacía arriba.
Mientras te inclinas hacía adelante exhala el aire por la boca hasta que tus pulmones estén vacíos. Mete la barbilla hacía adentro y flexiona tu cuerpo a la altura de la cintura y luego a la de las rodillas. Une tu manos frente al pecho o apóyalas en los muslos.
Deja que tu cabeza cuelgue para que el cuello no este tenso.
Repite este ciclo 12 veces con el ritmo que más te acomode.
Colócate con los pies separados a la altura de los hombros. Extiende los brazos frente a ti a la altura del pecho con las palmas juntas. Relaja los hombros, no los tenses.
Abre la boca, inhala por ella, abre con energía los brazos por completo. Dobla las muñecas de modo que las yemas de los dedos estén alejadas de ti. Levanta un poco la barbilla. Mira hacía arriba.
Mientras te inclinas hacía adelante exhala el aire por la boca hasta que tus pulmones estén vacíos. Mete la barbilla hacía adentro y flexiona tu cuerpo a la altura de la cintura y luego a la de las rodillas. Une tu manos frente al pecho o apóyalas en los muslos.
Deja que tu cabeza cuelgue para que el cuello no este tenso.
Repite este ciclo 12 veces con el ritmo que más te acomode.
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