En yoga, el cuerpo se considera como un vehículo para la transformación del mundo entero. De hecho, el poseer un cuerpo sano y fuerte no constituye un objetivo egoísta en sí mismo.
Adoptar como meta el estar en buena forma física genera egocentrismo, falta de armonía y enfermedad.
El cuerpo, sin embargo, se puede utilizar como instrumento para expresar ese poder personal que puede provocar cambios en el mundo que nos rodea.
Esa es la gran inspiración que nos estimula a trabajar en el desarrollo de la potencia de nuestro centro.
Los ejercicios de yoga existen para liberar todo tipo de venenos acumulados en el cuerpo. Los movimientos de yoga los liberan; el cuerpo de un yogui tiene una flexibilidad que le es propia. Los ejercicios de yoga son totalmente diferentes de los demás ejercicios.
No ponen fuerte el cuerpo, hacen que tu cuerpo sea más flexible. Y cuando tu cuerpo es más flexible eres más fuerte, pero en un sentido diferente: eres más joven.
Hacen que tu cuerpo sea más líquido, más fluido, sin bloqueos corporales.
El cuerpo entero existe en una unidad orgánica, a un ritmo profundo que le es propio. Entonces, con un profundo ritmo en su interior, sin bloqueos, el cuerpo está puro.
Hay momentos en los que toda la atención se centra en la postura, y en los que el cuerpo y la mente se unen; tu conciencia está en el momento presente, y el cuerpo y la mente establecen una comunicación fluida.
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