"Las flores de Bach, son una serie de esencias naturales, para tratar diversas situaciones emocionales, antes de que se somaticen en enfermedades físicas
¿Alguna vez has observado a personas paralizadas por el miedo? ¿Has escuchado a alguien remontarse a tiempos pasados donde las cosas eran mejores? ¿Te sientes impaciente, tenso o deprimido? Los miedos, los traumas, la soledad, la falta de amor, la frustración, la desesperación y el resentimiento son emociones que han estado con nosotros desde tiempos inmemorables.
Sin embargo, en esta época de notables avances tecnológicos, todavía tenemos que lidiar con ellas día con día.
Esto no necesariamente es algo malo, pues nos ayudan en nuestro aprendizaje y superación personal. ¿Pero que sucede cuando sufrimos
estas emociones durante todos los días durante muchas semanas, meses o incluso años?
¿Cuál es el efecto que tienen en nuestra mente y en nuestro cuerpo?
Aun formando parte de nuestra vida cotidiana, a veces es necesario ayudas externas que nos ayuden a dirigir dichos estados, que sumado
al trabajo del terapeuta, logran recomponer parte del orden perdido. Pudiendo así, cambiar nuestra respuesta diaria a las mimas
situaciones que antes nos bloqueaban, tratando de equilibrar nuestra vida personal y como consecuencia la de nuestro entorno".
Para el Dr Edward Bach, estas cuestiones le llenaban de preocupación. Él era un médico del país de Gales, en Gran Bretaña. Después de graduarse en Londres como médico, realizó notables trabajos de investigación en bacteriología. Como médico, tenía un enorme deseo de ayudar a las personas, pero no estaba del todo convencido de la medicina que practicaba. Así que se dedicó a la búsqueda de algún método menos agresivo, más sutil, benigno y suave. Fue entonces que tuvo contacto con la Homeopatía, en la cual también se destacó como médico e investigador, recibiendo el reconocimiento de sus colegas.
Después de algunos años de practicar la medicina en Londres con mucho éxito, se encontró con un hecho curioso: algunos pacientes que tenían la misma enfermedad tenían algunas otras características similares, como su postura, su forma de hablar, sus gestos y sus expresiones. Empezó entonces a analizar a sus pacientes no solo por sus enfermedades y síntomas, sino por sus personalidades. Por supuesto, necesitaba de un remedio para cada tipo de personalidad; de ahí sus 38 remedios florales.
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