Imagínate que existiese una sustancia que fuese capaz de elevar el ánimo, de mejorar la memoria, de disminuir la ansiedad, de reducir las fobias, de intensificar las emociones y de estabilizar el metabolismo. ¿Que opinarías si te dijese que existe una sustancia que es capaz de hacernos experimentar desde una saciedad calma hasta un orgasmo electrizante pasando por una gratificante euforia en alerta mental? Bueno, déjame decirte que ambas sustancias ya existen, y se encuentran en nuestro sistema nervioso.
La primera se llama SEROTONINA y la segunda se llama DOPAMINA. Son dos de las sustancias encargadas de modular el funcionamiento neuropsíquico del organismo y se conocen como NEUROTRANSMISORES. El problema es que nos hemos acostumbrado a modificar los estados de ánimo, alterando estas sustancias de manera artificial. Porque a nuestro alcance e incluso de manera legal, encontramos de manera inmediata toda una suerte de sustancias como los carbohidratos refinados, el chocolate, el tabaco, el alcohol, la marihuana, la heroína y los psicofármacos que las estimulan.
O lo hacemos también, mediante conductas de estimulación como el juego, los deportes extremos, y otras actividades que realizamos de manera compulsiva como ocurre frecuentemente con el sexo, el trabajo o la Internet, adquiriendo magnitud de adicciones. Pero, resulta ser que estas sustancias se pueden estimular de manera natural en vez de hacerlo de esa manera rápida pero artificiosa, efectiva pero ineficaz y seguramente que tóxica… ¿Por qué no lo hacemos de una manera natural? ¿Qué les parecería riendo? ¿Sabían que tan solo una sonrisa tiene el poder de modificar nuestra fisiología? Imaginen lo que hacen hacer por nosotros unas carcajadas. La risa desestresa, alivia dolores del cuerpo y del alma, eleva la autoestima, mejora la digestión y hasta te puede bajar de peso…
Al reír experimentamos una especie de electroshock que nos ayuda a combatir todo tipo de enfermedades y a favorecer la longevidad. Las propiedades desintoxicantes de la risa fueron descubiertas desde hace mucho tiempo por los antiguos sabios de Oriente. El bienestar espiritual que produce se explica por su capacidad para crear un espacio para estar con uno mismo y ubicarnos en el aquí y el ahora, en el presente, ya que cuando reímos nos es imposible pensar.
En la India existen incluso templos sagrados donde se practica la risa, ya que es considerada una técnica de meditación en sí misma. En Occidente, sin embargo, aunque se le llamó la medicina del alma desde el año 1300, no se tuvo idea de su alcance hasta hace poco tiempo. Las investigaciones realizadas en torno a la risa son relativamente recientes, pero ya han arrojado la información suficiente para sostener que sus beneficios van mucho más allá de pasar un buen rato. Porque la Risa favorece la producción de ENDORFINAS, la segregación de MELATONINA Y SEROTONINA, regula los niveles de CORTISOL, libera también CATECOLAMINAS, y finalmente libera DOPAMINA. Además de que la risa:
- Ayuda a la relajación, se dice que un minuto de risa diario equivale a 45 minutos de relajación. Libera las inhibiciones. Desarrolla una actitud positiva ante la vida. Masajea el vientre y las vías digestivas, los músculos de la cara, fortalece el corazón el diafragma y abdominales, multiplicando por cuatro el intercambio respiratorio (se mueven doce litros de aire, en vez de los seis habituales), lo que mejora la respiración. Reduce el insomnio, cura problemas como la depresión, la angustia y la falta de autoestima. Facilita la digestión, mejora el estreñimiento, la eliminación de la bilis y estimula el bazo.
- Baja la hipertensión aumentando el riego sanguíneo.
La risa es uno de los primeros actos de socialización, ¿no han notado que los bebés cuentan con una vida tranquila, sin problemas y ríen mucho? Sin embargo, esta capacidad puede borrarse con el paso del tiempo ante las dificultades y los problemas que surgen en la vida. Comenzamos a madurar o más bien a amargarnos, aprendiendo a tomarnos la vida demasiado en serio. ¿Qué les parece si encontráramos la forma de reír más a menudo? ¿Qué tal si pudiésemos mejorar nuestro sentido del humor y aprender a encontrarle el sentido jocoso a los acontecimientos? El sentido del humor, es sin duda una de las características más representativas de la inteligencia emocional. No deberíamos permitir que nuestra capacidad de reír se deteriore, por el contrario, deberíamos fomentar su expresión natural y espontánea. Si la risa fue borrada por adversidades debemos aprender a liberarla nuevamente y beneficiarnos de ella. Albert Einstéin comentó alguna vez: “Dichoso el que sabe reírse de sí mismo porque su dicha no tendrá fin”.
No hay nada más grato que el que te llamen por tu nombre y recibir por saludo una sonrisa, esas son cosas que nos suben la energía de inmediato. Una sonrisa es algo que se agradece. Nada nos cuesta regalar una sonrisa y hacer feliz también a alguien más.
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